sábado, 4 de julio de 2015

Proyecto de vida

Soy Adrian Romero Rodríguez. Nací en Puebla. Mis primeros padres fueron Mamá Gloria y Papá Lázaro. “Crecí como trébol de jardín,/ como moneda de cinco centavos, como tortilla./ Crecí con la realidad desmentida en los riñones,/ con cursilerías en el camarote del amor.” Crecí sin estar apegado a una sola persona, pasando de compañía en compañía, buscando la compañía de algunos primos, sin ningún problema  si me quedaba solo. Nunca tuve problemas con ello. Siempre me quedaba el recurso de jugar solo o de ver la televisión.
Mi padre me regaló un libro en vez de un juguete. Me enseñó y obligó a leer. Lo que en un principio fue una tortura llegó a convertirse en un pasatiempo. Nunca dejé de ver la televisión ni películas. Mis profesores de la prepa me orientaron mucho en la elección de la carrera. Como Bolaño, lo importante no era realizar una profesión sino vivir como ellos.
No hace mucho aprendí que existen sólo dos clases de personas: los horribles y los miserables. Mi condición de miserable es indiscutible.
Lo que pasará de mi vida ya está relacionado exclusivamente con el después de la carrera. Estoy terminando materia y ya estoy en el proceso de la tesis. Me gustarían hacer dos cosas: la primera dar clases, la otra seguir estudiando. Lo primero lo haría para tener un currimculum para el posgrado. Pero una vez que acaba el posgrado me gustaría dar clases. Ser profesor sería tratar de hacer lo que los maestros han hecho por mí.
En cuanto a lo laboral lo académico sería lo principal. Trabajar en una escuela. Esto facilita mucho las cosas. Quiero seguir haciendo lo que me gusta y que me paguen por ello. Haría mejor las cosas si me pagaran bien por ello.

Como la mayoría de nuestra de generación me gustaría viajar. Pero, sobre todo, me gustarían los cambios radicales. Las cosas que uno no tiene planeado y que trastocan los planes y las existencia de las personas.

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